nutricion

Nutrición para pacientes con enfermedad renal crónica

Alimentarse correctamente constituye una parte importante del tratamiento. Existen recomendaciones en cuanto al tipo y la cantidad de nutrientes que se deben comer. Un buen estado nutricional es equivalente a un buen estado de bienestar. La mala alimentación o malnutrición aumenta el riesgo de padecer enfermedades.

La dieta del paciente renal puede resultar difícil de seguir. Por ello, el nutricionista renal elaborará una dieta personalizada y juntos elegirán los alimentos que te guste comer y se asegurarán de que contienen todos los nutrientes importantes que tu cuerpo necesita. Si sigues la dieta recomendada, podrás reducir al máximo las complicaciones relacionadas con una ingesta de alimentos desequilibrada.

Si te diagnosticaron enfermedad renal crónica, llevar una alimentación equilibrada te será de gran importancia y podría ayudarte incluso a retrasar la progresión de la enfermedad.

Durante los estadios iniciales de la enfermedad renal, la dieta saludable incluye gran variedad de cereales, sobre todo cereales integrales, frutas y verduras frescas. Recuerda que nuestro organismo necesita energía suficiente para funcionar correctamente.

La parte principal del suministro de energía debería provenir de los hidratos de carbono y las grasas; sin embargo, también deberás asegurarte de reducir la proporción de grasas saturadas y colesterol; en su lugar, debes elegir grasas no saturadas y aceites (por ejemplo, aceite de oliva y pescados).

Un cambio fundamental en su dieta podría ser la limitación de la ingesta de proteínas. De este modo, podrás preservar la función renal y reducir la cantidad de sustancias indeseadas que pasan al torrente sanguíneo. Los alimentos que tienen un alto contenido proteico son, sobre todo, productos como la carne, el pescado, los huevos y los productos lácteos.

Mientras la producción de orina sea normal, no tendrás que limitar la ingesta de líquidos. Sin embargo, deberás restringir la ingesta de sodio. Dado que la sal se une al agua, tu cuerpo necesitará ingerir más líquido. El sodio se encuentra fundamentalmente en la sal de mesa y los alimentos ya preparados como —por ejemplo— las salchichas y los fiambres, la comida enlatada y los alimentos congelados; sin embargo, la sal también está presente, por ejemplo, en el pan, el queso y el jamón. Debes tratar de sustituir la sal de mesa por hierbas aromáticas y especias, así como cocinar productos frescos siempre que sea posible.

A medida que se desarrolle la ERC, es posible que tengas que seguir adaptando la dieta: los estadios más avanzados de la enfermedad requieren una reducción más estricta de la ingesta de proteínas y deberá pasar de una dieta baja en proteínas a una muy baja en proteínas. Por último, tomar complementos de aminoácidos y cetoácidos podría resultarle útil, ya que la ingesta de proteínas no será lo suficientemente alta como para satisfacer las necesidades del organismo. Tu nefrólogo o nutricionista te informará sobre tus necesidades y te recetará el suplemento idóneo.

Desde que observes una disminución en la producción de orina o hinchazón de los tobillos y los pies, será el momento de reducir también la ingesta de líquidos. Tu nefrólogo o nutricionista te ayudarán a calcular la cantidad adecuada de líquido que debes tomar a diario. Recuerde: los alimentos salados le provocan sed.

Dado que el potasio ahora se acumula con mayor rapidez en el organismo, debes reducir la ingesta de esta sustancia para evitar niveles elevados de potasio, que pueden provocar arritmias cardíacas.

Los alimentos con alto contenido en potasio son las frutas y jugos de frutas: banana, uvas, frutos secos como nueces y almendras; algunas verduras como espinaca, papa, brócoli, tomates y otras verduras de hoja verde oscura; productos elaborados con cereales integrales; leche y productos lácteos; sucedáneos de la sal.

A continuación le mostramos algunos consejos que le ayudarán a reducir la ingesta de potasio: puede eliminar parte del potasio de las papas y otras verduras si antes las pela, las corta y las pone a remojo en un recipiente grande con agua durante varias horas. Recuerde sustituir el agua antes de cocinarlas; la cocción reduce el contenido en potasio de la fruta y las verduras; utilice mayor cantidad de agua; use fruta enlatada (sin el líquido) o fruta y verdura congelada.

START TYPING AND PRESS ENTER TO SEARCH